Emocionario: ALIVIO

Esta semana hemos trabajado el alivio dentro de nuestro Proyecto Emocionario. La semana pasada, vimos cómo hablando de lo que nos genera tensión con alguien en quien confiamos, podemos experimentar un gran alivio. Aunque hay muchas otras situaciones en las que sentiremos alivio.

Pero no me adelanto :-) Primero de todo, como siempre, la ilustración.

Me gusta ver cómo los niños empiezan a cuchichear en cuanto cuelgo la ilustración en el mural. Se hablan entre ellos diciendo "yo creo que es esto" o "pues yo creo que lo otro", y el más optimista "¡ah! ya sé lo que es", aunque no sea así, pero ya ha formulado una hipótesis que le cuadra.

Pero ahí dejo yo la ilustración, sin hacer más mención a ella, hasta que pasan dos días. Luego retomamos y les pregunto: "¿Qué está ocurriendo en la imagen?" "¿De qué emoción se puede tratar?".

- Marco pensó que se trataba de la tristeza.
- David de la felicidad.
- Keyla, en cambio, del amor.
- Giula apostó por la pereza.
- Carlos S. por la vergüenza.
- Carlos G. por el miedo.
- Y Marc por el alivio. Le pregunté que por qué pensaba que era el alivio, y me contestó que porque para el sapo era un alivio escapar del cocodrilo y que no se lo hubiera comido. Y es que no puede estar más en lo cierto. Cuando vi esta ilustración por primera vez la encontré súper acertada. El sapo se escapaba "por lo pelos" mientras el cocodrilo no salía de su asombro y frustración ("¡vaya! ¡se me ha escapado!"). Estoy segura que el sapo en esos momentos pensaba: "¡buf! ¡qué alivio!".

Nos cuenta el emocionario que experimentamos alivio cuando nos libramos de un peso, cuando dejamos de percibir una amenaza (¿hay algo más amenazante que estar a punto de ser devorado?) o cuando nos disculpamos. Y nos pone tres ejemplos en los que podemos sentir alivio: al terminar un examen, al ver que un peligro se aleja o al reconocer un error. Por tanto, el alivio significa que una sensación o situación desagradable ha terminado. De hecho, si buscamos en el diccionario la palabra alivio, también incluye la mitigación o disminución de una enfermedad. Y es que cuando uno tiene dolor ¡es muy aliviante empezar a sentirte mejor!

El alivio suele venir acompañado de relajación (bastante lógico teniendo en cuenta que viene precedido de una situación que nos produce tensión) y aliviadas las dificultades, reaparece la paz, nos sentimos tranquilos. Es el camino hacia la serenidad.

Creo que mis niños han entendido muy bien el alivio relacionado con librarnos de una situación que nos resulta amenazante (visto los ejemplos que han puesto, lo cual es lógico por su edad), pero no debemos olvidar que puede ser un alivio enorme pedir disculpas o reconocer un error, ya que los remordimientos y el sentimiento de culpa pueden ser una carga muy pesada.

¿Y qué situaciones de alivio han sentido mis pequeños campeones?

  • Carlos S. comenta que siente alivio en una carrera, cuando piensa que va a perder y al final gana. Entonces piensa: "¡Uf, qué alivio!". Efectivamente, la tensión que sentía durante la carrera, desaparece al instante y se relaja. 
  • Marc nos cuenta una pesadilla en la que un vampiro le perseguía, y estaba en tensión, pero luego, al despertarse y ver que no estaba ocurriendo de verdad, pensó: "¡Uf, qué alivio!". Y tanto, porque los sueños pueden parecer muy reales, y cuando tenemos una pesadilla no lo pasamos nada bien, al sentir esa "falsa amenaza" como real. Por eso, despertarse siempre supone un alivio. ¡Qué gusto encontrarte en tu cama y comprobar que en realidad no está pasando nada!
  • Marco nos dice que nunca ha sentido alivio. Y yo le contesto que eso es muy extraño, que seguro que sí. Pero insiste en que no. Yo le comento que no todas las situaciones producen el mismo grado de alivio. Sin duda, salvarse de ser devorado, como el sapo, debe ser un alivo muy, muy grande. Pero que a veces podemos sentir un alivio menor en otras situaciones que nos incomodan menos. Y se debió quedar pensando, porque luego volvió a intervenir.
  • A Lola le pasó lo mismo. Justo después de Marco, nos dice que ella tampoco ha sentido nunca alivio. Y le digo que quizás ahora no lo asocia a ninguna situación, pero que probablemente sí. Y quizás las aportaciones de los demás fueron una pista, porque más tarde nos contó su situación de alivio.
  • Claudia comenta que, cuando en su imaginación ve algo que le da mucho miedo y está todo  muy oscuro (por la noche), se va a la cama y se alivia porque se va a dormir. Jeje, muy práctico. Debe sentir que si se duerme, su cabeza dejará de imaginar cosas no reales. O quizás su cama le da seguridad. A mí me pasaba de pequeña. Ponía la mano debajo del colchón (a modo de agarre) y ya sentía que no me podía pasar nada. ¡Ni siquiera podría llevarme el hombre del saco, porque yo estaba agarradita a mi colchón! :-)
  • Teo dice que se alivia al terminar un examen. Se apuntan a esta situación Toni y Luis. ¡Vaya! Pues a ver si se van acostumbrando, porque si no, ¡no sé qué pasará cuando estén en 6º!
  • Biel comenta que un día que iban en coche, tenían que entrar en un garaje (estaban parados) y venía un camión ¡y parecía que iba a chocar contra ellos! Pero al final no chocó y sintió un gran alivio. ¡No me extraña! ¡Qué susto!
  • Óscar nos cuenta que cuando va en avión y va a despegar siente tensión, pero cuando ya ha despegado y está en el aire, siente alivio. ¡Ay, Óscar! ¡Cómo te entiendo! ¡A mí me pasa lo mismo!
  • David comenta que siente alivio cuando acaba un juego de la consola que le da miedo. Y yo le pregunto que por qué juega con un juego que le da miedo. Y contesta que porque le gusta. Pero se ve que es habitual, porque Carlos G. también interviene diciendo lo mismo, que cuando juega a oscuras a la Nintendo le da miedo, y al acabar siente alivio. ¡Pues vaya dos, pasando penurias!
  • Marco, que ya ha recordado una situación de alivio, nos dice que un día, cuando venía al colegio, vino un camión y casi los atropelló. ¡Fue un gran alivio comprobar que no!
  • Lola también recuerda una situación en la que se sintió aliviada, y fue en Disney, cuando se montó en una atracción que iba súper rápido y al bajar sintió alivio. Cuando le he preguntado qué atracción era, me ha dicho que la de Nemo. ¡Tomad nota si no sois muy intrépidos!
Y estas han sido nuestras experiencias con el sentimiento del alivio. Otro aspecto a destacar, que no es una experiencia de alivio pero ha surgido durante la sesión y me ha hecho gracia, es la intervención de Marc. Cuando hablábamos de lo que supone una amenaza para nosotros, nos ha contado que "amenaza" le recuerda a cuando el alfil del contrincante está en diagonal hacia él y ve que va a ser "jaque mate". ¡Muy acertada la comparación! Y parece que tenemos a un pequeño genio del ajedrez en clase...

¡La semana que viene más!

* Aunque yo no voy a utilizar las fichas de actividades porque mis alumnos son muy pequeños, aquellos que trabajéis el emocionario con niños de más edad, disponéis de unas fichas de trabajo preparadas para realizar después de cada emoción. Aquí podéis descargar la ficha del alivio.

Aquí si quieres adquirir el libro Emocionario.


CONVERSATION

3 comentarios

  1. ¡Menudo alivio que todos tuvieran unas anécdotas sobre el alivio! Así todos lo han entendido bien jajajajaja...

    ¡Un muackiles!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Jajaja! No todos participaron contando sus anécdotas sobre el alivio, pero en cualquier caso, todos aprendemos de las participaciones de los demás. ¡Tengo 25 niños en clase y no siempre intervienen todos, aunque en alguna emoción sí lo han hecho!
      Un abrazo.

      Eliminar

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *