Emocionario: DESALIENTO

Bueno, aquí estoy, casi dos semanas más tarde de lo previsto... y es que no han dejado de surgirme imprevistos. Sin embargo, todavía tengo varias cosas que contaros del fin de curso, especialmente las sesiones con las últimas emociones del Proyecto Emocionario. A ver si cojo carrerilla y os lo puedo contar todo seguidito en los próximos días.

Aquí tenéis la ilustración de la sesión de hoy.



Tras observar la ilustración, mis alumnos me pidieron pistas para poder adivinar la emoción. Les dije que era contrario a la euforia (era la última emoción que vimos. Hace ya unas semanas que la publiqué, pero ellos la habían trabajado recientemente). También les dije que era como sentir una falta de energía, de motivación... Seguían con dudas. Les leí la primera frase del emocionario:

Sentimos ¿? cuando nos falta el aliento para seguir adelante; cuando empezamos a notar cansancio y lo que tenemos entre manos ya no parece tan fácil.

Lola inclinó un poco la cabeza y me preguntó tímidamente: "¿Desaliento?". Muy bien, Lola, es el desaliento. Seguro que parecía evidente, pero no tenemos que olvidar que mis alumnos cursan primero de primaria (bueno, ¡ahora ya están recargando pilas para empezar segundo en septiembre!).

Si buscamos en el diccionario, la definición del desaliento es clara: "Decaimiento del ánimo, falta de fuerzas o ganas de hacer algo". El emocionario, además, nos pone un ejemplo: "Imagina que estás en un bosque y quieres regresar a casa. Emprendes un camino y no es el adecuado. Regresas al punto de partida. Buscas otra ruta. Tampoco es esa. Insistes. Vuelves a equivocarte. Al cuarto intento, percibes que tus fuerzas fallan, te desanimas. Eso es el desaliento".

A medida que el desaliento se acerca, nuestra meta se aleja. Cuando nos vence el desaliento y nos rendimos, se abre paso la decepción.

Creo que mis alumnos entendieron bastante bien esta emoción, porque enseguida tuvieron ganas de poner ejemplos basándose en su propia experiencia. La verdad es que todos sentimos desaliento en diferentes situaciones. Lo importante, creo yo, es buscar otras vías para evitar que el desaliento se instaure, pudiendo llegar a fases más permanentes de apatía o falta de ánimo.

¿Y en qué situaciones han sentido desaliento mis alumnos?
  • Marc: "Cuando mi padre viene a recogerme y yo no he recogido la bosseta de mi hermana, que me lo dice mi madre y yo me olvido cada día, hacemos una carrera mi padre y yo, con Noa en sus hombros. Y yo siempre gano, pero él lo intenta con todas sus fuerzas y se desalienta". ¡Jajaja! ¿Y no te dejarás la bosseta de Noa conscientemente porque estás deseando esa carrera? Venga, la próxima vez dale un poco de ventaja a tu padre, que no debe ser nada fácil correr con tu hermana sobre sus hombros. Y así le ayudas a dejar de sentir desaliento... ;-)
  • Pablo S. sintió desaliento "cuando era sábado, cuando estaba jugando con mi tablet. Estaba jugando a un juego que se llama Slugterra, y cuando estaba en un nivel que ya he pasado muchos, me enfrenté contra el jefe que tenía un cañón y no paraba de disparar. Lo intenté con todas las slugs, pero al final no pude ganar". Bueno, pues otro día lo vuelves a intentar cambiando de estrategia. Quien la sigue, la consigue. Y mientras, te diviertes. Lo importante es no frustrarse, sólo se trata de un juego :-)
  • Claudia sintió desaliento "cuando el domingo estaba jugando con mi papá en la terraza, y había que encestar 20 bolas en la canasta. Mi padre había hecho ya 10 y me iba ganando. Lo intentaba y lo intentaba y no pude. Luego le adelanté. Pero al final me ganó". Bueno, Claudia, ¿y lo bien que lo pasaste jugando con papá? Es normal que sintieses desaliento cuando veías que por mucho que lo intentabas, no conseguías ganar a papá, pero lo importante es que eso no te hiciera sentir mal. Conociéndote, ¡seguro que no! ¡Seguro que para ti lo más importante no es ganar a toda costa sino disfrutar de momentos tan especiales en familia!
  • Keyla siente desaliento "cuando hacemos matemáticas y no entiendo algo, y lo intento y lo intento, pero no me sale". Vaya, Keyla, tenemos que hacer algo para quitarte de la cabeza que las matemáticas no se te dan bien. Ya verás, el curso que viene nos ponemos a tope y te demuestro que tú puedes con las mates y con todo lo que te propongas :-)
  • Óscar sintió desaliento "cuando un día estuve jugando a fútbol sala con mis compañeros. Terminó el partido y pensé: Ya no puedo más". Bueno, en ese caso sentiste falta de aliento literalmente. ¡Estabas exhausto! No me extraña, a mí también me pasa a los 10 minutos de subirme a la elíptica. Sin embargo, cuando continúas, descubres que tu cuerpo siempre es capaz de más de lo que pensabas.
  • Lola: "En un juego del iPad, estaba en un nivel y no lo conseguía. Y al final me quedé con desaliento". Lo mejor en esos casos es dejarlo para otro día. A veces nos obcecamos tanto con algo, que nos atascamos todavía más. Y en caso de intentarlo en diferentes ocasiones y no conseguirlo, siempre puedes pedir ayuda. En cualquier caso, te digo como a Pablo: nunca hay que olvidar que sólo es un juego. Aunque seguro que al minuto de haber cerrado el iPad, ya lo has olvidado :-)
  • Teo contó algo similar a Lola: "En un juego del iPad, de fútbol, iba a ganar la copa, pero en el último partido perdí y me quedé con desaliento". Bueno, en este caso yo creo que ya estamos tocando el terreno de la decepción. Tú dices que ibas a ganar la copa... y al final no se cumplieron tus expectativas. No pasa nada por decepcionarse, es lógico, pero no hay que desanimarse ni frustrarse. ¡Y no sólo por tratarse de un juego! Lo veremos en otras sesiones :-)
  • Pablo C. nos dijo que nunca había sentido desaliento. Lo mismo dijeron Luis, MarcoToni, Giulia, Eric, Suyay y Carlos S. En estos casos siempre digo lo mismo: ¿No lo habéis sentido nunca o ahora no podéis identificarlo o recordarlo en ninguna situación?. Pero ellos siempre insisten en que nunca lo han sentido. Bueno, en cualquier caso está fenomenal no sentir nunca desaliento (en alguno de ellos me cuadra y todo), pero lo lógico es llegar a sentirlo en algún momento. Lo que pasa es que se puede reaccionar de muchas maneras ante la misma situación. Me da que más de uno tiene fuerzas más que de sobra para no desanimarse ante las adversidades. ¡Súper!
  • Biel: "Un día, cuando me iba al campo de fútbol y mi padre me pidió que diera vueltas a todo el campo, hice una, y después otra, y después, en la tercera, me quedé desalentado". Te digo lo mismo que a Óscar, en este caso te falta el aliento físicamente. No hay que forzar el cuerpo. Tu entrenador sabrá cómo hacerlo para ir mejorando tu forma física progresivamente. ¡Aunque me consta que físicamente eres un crack!
  • Nico: "Cuando un día íbamos a hacer un paseo con las bicis, a un campo de fútbol, hice 5 km y estaba con desaliento". Vaya, otro desalentado físicamente. Mejor que nos desalentemos físicamente que emocionalmente... :-)
  • Carlos G. sintió desaliento "cuando en un juego de la Nintendo, en un nivel del sexto mundo, no lo conseguía pasar porque había lava por debajo, había una pared y el salto no llegaba". Ya te imagino saltando con todas tus fuerzas una y otra vez y cayendo constantemente en la lava. Te digo lo mismo que a todos tus compañeros que han expuesto situaciones similares. Sólo es un juego. Es lógico sentir desaliento cuando lo intentas repetidamente y no lo consigues, pero ya irás perfeccionando la técnica y conseguirás pasarlo. Y si no, no pasa nada. Sólo es un juego y hay muchos. ¡Y los juegos están para pasarlo bien!
  • Bruno: "Cuando estaba con mi padre recorriendo en bici el torrent de Santa Ponsa, había una cuesta que estaba llena de grava, y no la podía subir, me sentía desalentado". Claro, seguro que las ruedas te patinaban, ¿verdad? ¿Pero a que conseguisteis vencer la dificultad? A veces no se trata de empeñarse en hacer algo que es imposible o muy difícil. En ocasiones, simplemente, tenemos que buscar otra alternativa :-)
  • Adrián: "Lo mismo que Óscar". Y con lo mismo no se refería sólo a la misma situación, sino al mismo partido y el mismo equipo. Vaya por Dios, en ese partido los contrincantes os dejaron agotados. ¿Os hicieron correr mucho? ;-)
Pablo S, Lola, Marc y Claudia volvieron a intervenir, con anécdotas parecidas a las anteriores:
  • Pablo S. sintió desaliento "un día, cuando otra vez estaba jugando con la tablet, en el nivel 12, no pude conseguirlo".
  • Lola: "Un día, en una excursión que teníamos que subir el torrente de no sé dónde, me quedé con desaliento".
  • Marc siente desaliento "cuando estoy jugando al comecocos con Alonso, mi hermano Joan, Yago y Carlos S. Cuando Carlos S. la lleva, él me sigue, pero como corre tan rápido y yo también corro rápido, no me deja de perseguir, me canso y al final me pilla".
  • Claudia siente desaliento "cuando estoy jugando a la wii con mi papá y elegimos el deporte de la wii, que es el tenis, y cuando ya hemos empezado la partida, yo saco, él le da, pero cuando saca él, lo hace tan fuerte que yo me canso de perder". ¡Es que un buen saque en tenis puede ser imparable!

Como veis, el desaliento de mis alumnos se da principalmente en situaciones de juego y en momentos en que se quedan sin aliento físicamente. Así que por ahora van fenomenal. Me preocuparía más que sintieran desaliento en aspectos más trascendentales de sus vidas ;-)

En breve, ¡una nueva emoción!

*Aunque yo no voy a utilizar las fichas de actividades porque mis alumnos son muy pequeños, aquellos que trabajéis el emocionario con niños de más edad, disponéis de unas fichas de trabajo preparadas para realizar después de cada emoción. Aquí podéis descargar la ficha del desaliento.


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