Emocionario: DESEO

Hoy vamos a abordar una de las últimas emociones del Proyecto Emocionario. Se trata del deseo.




Estuvimos observando la ilustración y mis alumnos mostraban dudas. Tenían claro que el oso se quería comer la miel, pero surgían palabras como hambre, dulce... Entonces les orienté un poquitín: "¿Qué sientes cuando quieres algo mucho?". "Que lo quieres", me contestaban. Y Adrián añadió: "Piensas: lo quiero". "Sí, ¿y otra forma de decirlo?". "Lo... ¡DESEO!", me respondió. ¡Fenomenal, Adrián! Hoy vamos a hablar del deseo.

El deseo es un impulso que nos mueve hacia algo que queremos. Es un motor de nuestros actos. El anhelo de saciar un gusto.

Puedes sentir deseos muy variados: deseos de hacerte mayor, de comerte un plato apetitoso, de aprender a nadar, de dormir o descansar, de estar con tus abuelos, de ser bombero... Sin embargo, no todos los deseos son iguales. Hay algunos muy fuertes, muy profundos, como si deseas ser médico y estudias durante mucho tiempo para conseguirlo. Y hay deseos caprichosos, fugaces, como algún juguete. También tenemos los antojos, como cuando ves una foto de la cena de Nochebuena y te entran ganas de comerte un mazapán.

Un deseo cumplido nos da satisfacción.  El deseo y su satisfacción forman parte de la naturaleza humana.

Creo que lo tuvieron bastante claro, por lo que no nos extendimos mucho. ¡Pasaron enseguida a contarme sus deseos!

  • Adrián: "Yo deseo tener un perro, pero no me lo compran". Ya, es que eso de tener una mascota en casa ¡tiene que ser por acuerdo familiar! Y requiere un compromiso muy grande.
  • Nico: "Deseo ser multimillonario". "¿Y qué harías con tanto dinero?", le pregunté. "Comprar una casa con piscina y con jacuzzi", me contestó. "¿Tú crees que el dinero da la felicidad?", le seguí preguntando. "Sí", me respondió. "¿Y los demás, lo pensáis?", pregunté al resto de la clase. La mayoría dijeron que no. Claudia dijo: "No, porque los demás sólo te quieren por las cosas que tienes y si dejas de tenerlas, ya no van contigo". Seguí preguntando argumentos a los que habían contestado que no. "¿Por qué pensáis que el dinero no da la felicidad?". "Porque causa problemas", me contestó alguien (lo siento, pero no apunté quién dio esa respuesta). Sonreí, yo creo que eso lo han oído a los mayores. Efectivamente, el dinero, en muchos casos, es fuente de problemas. Pero eso no es culpa del dinero (que en sí mismo no es bueno ni malo), sino de la codicia de las personas, y de no tener una escala de valores apropiada. Y así, partiendo del deseo, terminamos con un interesante diálogo sobre si el dinero daba o no la felicidad. Llegamos a la conclusión de que no da la felicidad, porque por mucho dinero que tengas en la vida, si fallan los pilares importantes (tener salud, una familia y amigos que te quieran...) no conseguirás ser feliz. Sin embargo, también nos quedó claro que no le íbamos a hacer ascos al dinero. El dinero es útil. Si tenemos todo lo importante y, además, dinero ¡pues fenomenal! Así que Nico, cuando tengas tu casa con piscina y jacuzzi, te dejamos que nos invites :-)
  • Pablo S: "Deseo saltar de un edificio cuando tenga los 10". ¿Cómooooo? "¡Con un paracaídas!", añadió. ¡Ah, bueno! Aún así, me parece toda una hazaña...
  • Haizea: "Deseo ser profesora". ¡Ah, fenomenal! ¡Seremos compis de profesión!
  • Biel: "Deseo un deportivo y una playstation". No sabes nada, jeje.
  • Marc: "Yo deseo taaaaanto un robot muy grande que sale en el libro de Socials... Y deseo la tablet Boing, se la pedí a los Reyes y no me la trajeron". Es que los Reyes a veces tienen un poco complicado satisfacer todos los deseos de tantos niños...
  • Giulia: "Deseo saber hacer surf". Pues ya sabes, ¡todo es ponerse!
  • Lola: "Primero, lo mismo que Giulia, y segundo, deseo ser profesora". ¡Una profe surfera! ;-)
  • Carlos G: "Deseo que sea mi comunión, dentro de un año. Y también deseo hacer snowboard". Sí, ya nos ha quedado claro que eres un crack en los deportes de nieve y acuáticos.
  • Claudia: "Primero, deseo ser pastelera. Y segundo, deseo coser como mi abuela, flores y arcoiris de colores que son hilos de colores". ¡Pero qué dulce es mi Claudia!
  • Ares: "Deseo ser pintor". "¿De brocha grande o quieres pintar cuadros?", le pregunté. "De brocha grande", me contestó. "Y lo pintaré todo de blanco y rojo, la mitad de cada", añadió.
  • Pablo C: "Deseo tener el súper smash bros de la wii. Y deseo un violín". "¿Para tocarlo?", le pregunté. "Sí", me contestó. Ya sabes, Mónica, tu hijo tiene ganas de tocar el violín, ¡así que ya puedes ir buscando dónde desarrollar su vocación musical!
  • Óscar: "Deseo tener una casa en el campo". ¡Ay, cómo noto por aquí la influencia de tu querida Galicia!
  • Keyla: "Lo mismo que Haizea". ¿Otra de mis niñas desea ser profe? Vaya, igual las inspiro ;-)
  • Eric: "Deseaba que Papá Noel me trajera la casa de Bob Esponja y no me la trajo". Ya, es que a Papá Noel le pasa como a los Reyes, que a veces no puede satisfacer tooooodos los deseos de tooooodos los niños. Pero seguro que te trajo otras cosas que también deseabas ;-)
  • Teo: "Primero, deseo que mi perro no haga agujeros y también que no rompa cosas". ¡Jajajaja! Tienes un perro travieso, ¿eh?
  • David: "Deseo las botas de Messi". Es tu ídolo, ¿verdad? Pues ya podría repartirlas, seguro que tiene muchísimas. Aunque me da que hay bastantes más niños que desean sus botas.
  • Marco: "Lo mismo que Óscar". Muy bien, otro que valora la vida tranquila y sosegada del campo.
  • Carlos S: "Deseo vivir en el piso más alto de un rascacielos". ¡Qué contraste! Está claro que a ti te van los áticos...
  • Luis: "Deseo las zapatillas de Cristiano". Jeje, cómo os va el fútbol. Pues seguro que si salen a subasta, dan barbaridades por ellas, pero a mí, eso de unas zapatillas usadas, como que no me atrae nada...

Y vosotros, ¿qué deseáis? Yo muchísimas cosas (porque siempre tengo inquietudes nuevas), aunque cada vez deseo cosas más sencillas en la vida, la verdad. ¡Ahora mismo deseo pasar un curso estupendo en el que, seguro, aprenderé un montón de cosas!

En breve, ¡una nueva emoción!

* Aunque yo no voy a utilizar las fichas de actividades porque mis alumnos son muy pequeños, aquellos que trabajéis el emocionario con niños de más edad, disponéis de unas fichas de trabajo preparadas para realizar después de cada emoción. Aquí podéis descargar la ficha del deseo.

Aquí si quieres adquirir el libro Emocionario.


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